Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva
La meta empresarial siempre es crecer: incrementar participación de mercado, productividad, rentabilidad, rotación en anaqueles…en épocas disruptivas esto no es fácil. Los últimos 15 años presentan grandes desafíos para los líderes empresariales. Sin embargo, hay quienes se resignan a perder oportunidades y se sumen en el declive y hay quienes optan por luchar y avanzar aunque todo esté en contra.
¿Qué acciones asumen quienes deciden crecer y triunfar aún en los ambientes más adversos? Este es el decálogo que los distingue.
1. Poner la ventaja competitiva en primer lugar. Debe comenzarse con una fórmula ganadora y escalable. Determinar las ventajas competitivas únicas que se posee y trabajar para mantenerlas como eje del negocio. Esto opera tanto a nivel institucional como personal. Es develar las fortalezas y en torno a ellas crear productos y servicios que tengan como eje las características que nos hacen únicos y diferencian del mercado. La clave es un trabajo minucioso de introspección y después de benchmarking del mercado.
2. Sintonizarse con las tendencias. Conviene priorizar mercados rentables y de rápido crecimiento. Implica estar atento a las necesidades y expectativas de mercado. Anticipar soluciones, maximizar oportunidades para nuestros clientes, estar a la vanguardia.
3. Evitar rezago. No es suficiente seguir la corriente, se necesita superar a los pares de la propia industria y nicho de negocio. E incluso, buscar ideas en otros nichos, sectores y países. Implica estar alertas no sólo a las tendencias sino a planteamientos diversos del ámbito empresarial, social, gubernamental y de instituciones diversas. La información es clave para ello.
4. Enriquecer el networking. Ampliar las redes de amigos y contactos, abrirse a oportunidades con la participación de coloquios, congresos, reuniones informales de amigos, familiares y vecinos.
5. . Concentrarse en el crecimiento en su industria principal. Aunque es conveniente diversificar y apostar por múltiples vertientes, el foco debe permanecer en el negocio eje, aunque el en el que somos más prósperos, distintivos y fuertes. De no ser así se corre el riesgo de dispersar recursos.
6. Mira más allá del núcleo. Fomentar el crecimiento en áreas de negocio adyacentes parece contraponerse al negocio anterior, sin embargo, si debe mantenerse una nueva vereda de negocio para cuando las condiciones de mercado no sean tan favorables.
7. Crecer donde se sabe. Concentrarse en crecer donde se tenga una ventaja importante. Es maximizar nuestras oportunidades de expandir territorio e influencia. Maximizar nuestro capital social, reputación y experiencia.
8. Convertirse en un héroe local. Comprometerse a ganar en el frente interno. No desdeñar clientes potenciales cercanos desde el punto de vista geográfico y por actividades análogas o complementarias.
9. Optar por la globalización. Si se puede vencer a lo local, conviene expandirse internacionalmente siempre que se tenga una ventaja transferible.
10. Encogerse para crecer. Es podar despiadadamente la cartera si es necesario. A veces los clientes que mayores demandan tienen no justifican los ingresos que se obtienen de ellos y que posibilitarían mayores rendimientos.
Tales directrices no son fáciles de implementar. En las estadísticas empresariales menos de la mitad de las empresas sobresalen en más de tres de las diez reglas, y solo el 8 por ciento domina más de cinco. Esto implica que debemos empezar los grandes cambios ya. Los beneficios lo valen.