
Por Felipe Vega, Fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
Empresas, marcas y el Tercer Sector deben saber que la felicidad ya no es una utopía, sino un modelo altamente aspiracional en el estilo de vida que persiguen las nuevas generaciones.
Por ende, es momento de cambiar la manera en la que interactuamos, gestionamos y dirigimos las asociaciones civiles. Ya no basta una sólida misión social. Se requiere incorporar el disfrute y una filosofía holística de bienestar.
La Generación Z representa los grandes cambios generacionales que ahora testificamos. Al modificar radicalmente su perspectiva, deseos, gustos, expectativas y actitudes en comparación con los grupos generacionales anteriores, nos enfrentan a las nuevas expectativas en las comunidades donde las Organizaciones de la Sociedad Civil trabajan.
Los nacidos entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2010, hacen de la salud y el bienestar un elemento central de su estilo de vida.
El ochenta por ciento de la base de miembros de muchos gimnasios, incluso, está compuesta por la Generación Z y los millennials, conocidos colectivamente como Generación Activa. Y no se detiene en el gimnasio, ya que el 85% de los que van al gimnasio complementan sus entrenamientos presenciales con contenido en línea y rutinas en casa. Esto es, para muchos, una forma de vida.
Las generaciones más jóvenes cambian paradigmas convencionales en todo. Por ejemplo, no asumen que la educación superior sumada al trabajo duro genera el éxito financiero. Para este cohorte generacional se trata menos de lo que tienes, lo que prevalece es la noción de cómo existes.
Entonces suelen imponer una verdadera flexibilidad para encontrar tiempo para pasatiempos, mantenerse en forma, estar mentalmente bien, pasar tiempo en la naturaleza y disfrutar del tiempo sin prisas con los amigos. Verse, sentirse y vivir de manera saludable lo consideran indicadores de éxito más importantes respecto al reloj que usa, el automóvil que conduce, la casa que no puede permitirse comprar …
Asimismo, la Generación Z anhela las conexiones sociales, y las clases grupales de gimnasia a menudo se tratan de algo más que hacer ejercicio. Son un lugar para conocer gente nueva, vincularse a través de desafíos compartidos y celebrar los logros colectivos.
Crear un ambiente amigable y acogedor puede crear una afinidad real con las marcas. ¿Y con las Organizaciones de la Sociedad Civil por supuesto!
Por cierto, las Organizaciones No Gubernamentales deben considerar que el organigrama plano y el atractivo visual de los lugares de trabajo son importantes para las nuevas generaciones.
Ahora, la Generación Z suele investigar e interactuar con una marca digitalmente antes de comprometerse con una membresía o compra.
Para “enamorar a las nuevas generaciones la autenticidad es la clave. Las ONG deben cuidar el marketing falso o demasiado pulido. Incluso, es momento de considerar la posibilidad de colaborar con microinfluencers que se alineen con los valores de la AC. Mostrar historias reales de transformaciones de clientes o miradas detrás de escena del negocio resultan atractivas.
Por otra parte, el contenido debe posicionar a la AC como un socio, por ello se debe generar confianza y demostrar cómo la oferta apoya su estilo de vida más saludable y feliz.