Promotora Ambiental de la Laguna (PASA) ha logrado lo que muchas empresas apenas comienzan a vislumbrar: transformar la gestión de residuos en una historia de innovación, compromiso social y desarrollo sostenible. Su modelo operativo se ha convertido en un laboratorio vivo de eficiencia energética y economía circular, donde cada residuo deja de ser un desecho para convertirse en oportunidad.

Fundada en 1991, PASA nació con una visión adelantada a su tiempo: profesionalizar la gestión de los residuos y convertirla en una actividad estratégica para el desarrollo sostenible. En un país donde el tratamiento de desechos era visto como un servicio secundario, PASA irrumpió con una propuesta empresarial innovadora que unía ingeniería, eficiencia operativa y conciencia ecológica. Tres décadas después, esa visión pionera la ha consolidado como un referente en el sector, capaz de transformar la basura en energía, los desechos en materia prima y los desafíos ambientales en oportunidades de crecimiento.

Su liderazgo trasciende fronteras operativas. PASA es la única empresa de su tipo que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, un hecho que refleja no sólo su solidez financiera, sino su compromiso con la transparencia, la gobernanza corporativa y la responsabilidad ambiental empresarial.

Su presencia en el mercado bursátil simboliza la madurez de un modelo donde la rentabilidad se construye a partir del respeto al entorno, la innovación constante y la generación de valor compartido. En un entorno global que exige a las compañías demostrar impacto real y sostenibilidad medible, PASA representa el equilibrio entre negocio, medio ambiente y sociedad.

El principio que guía su labor es simple y contundente: nada se pierde si se gestiona con inteligencia. Bajo esta premisa, la empresa ha alcanzado la reincorporación de más del 99% de las mermas generadas en sus procesos, cerrando los ciclos de producción y reduciendo drásticamente la carga de residuos que terminan en disposición final. Este logro no solo demuestra un dominio técnico en materia de aprovechamiento, sino una clara comprensión de la responsabilidad ambiental que exige el presente.

Asimismo, lejos de limitarse a la disposición final, su modelo integra cada eslabón del ciclo de los residuos —desde la recolección y el tratamiento hasta el reciclaje y la valorización energética—, demostrando que el progreso ambiental y el crecimiento económico pueden coexistir.

Sus centros de tratamiento son auténticos complejos tecnológicos donde se procesa, clasifica y transforma la materia desechada en nuevos insumos productivos. Más que rellenos sanitarios, son polos de innovación ambiental: espacios diseñados bajo estándares internacionales de ingeniería y seguridad, equipados con sistemas de captación de lixiviados, control de gases, monitoreo ambiental y aprovechamiento energético. Allí, los residuos no marcan un final, sino un nuevo comienzo.

Esos centros representan una de sus mayores fortalezas corporativas. Son complejos industriales de alto nivel tecnológico, diseñados bajo estándares internacionales de ingeniería y seguridad. En ellos se lleva a cabo la clasificación, el aprovechamiento y la valorización energética de los residuos, convirtiéndolos en insumos útiles para nuevas cadenas productivas. Estos espacios simbolizan la madurez de una empresa que entiende la gestión ambiental como parte de su estrategia de negocio, no como un servicio accesorio.

Así es, PASA no se limita a recolectar o tratar residuos, la energía que recupera, los materiales que reincorpora y la conciencia que genera entre las comunidades conforman un círculo virtuoso donde la sostenibilidad deja de ser discurso y se convierte en práctica cotidiana.

La empresa también ha entendido que ningún modelo ambiental puede sostenerse sin una base sólida de educación. Por ello, promueve campañas permanentes de sensibilización ambiental en escuelas, centros de trabajo y comunidades, convencida de que el cambio cultural es el motor más poderoso de la transformación ecológica. Con ello, ha logrado que la ciudadanía asuma un rol activo en la separación de residuos y en la reducción del consumo desmedido.

En un contexto nacional donde el manejo de desechos sigue siendo uno de los principales retos urbanos e industriales, PASA representa un ejemplo de cómo la innovación tecnológica, la gestión responsable y el compromiso social pueden converger para construir ciudades más limpias, eficientes y resilientes. Su modelo no sólo gestiona basura: redefine la relación entre industria, medio ambiente y comunidad, demostrando que el desarrollo económico puede —y debe— caminar de la mano con el respeto al planeta.

Enhorabuena a  Alberto Eugenio Garza Santos, presidente del Consejo y accionista principal destacado por su perfil de ambientalista, citado así incluso en reportajes del UNEP (el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente); También preside la Fundación Mundo Sustentable; Reconocimiento también a Manuel González Rodríguez, el actual CEO de la compañía.